Catena Zapata La Consulta Malbec 2015.
Puntuación El Alma del Vino : 17’50/20.
La Consulta da nombre a un viñedo histórico propiedad de la familia Catena, cuyas uvas de malbec alumbran esta referencia. Se trata de una finca localizada a una altitud de mil metros sobre el nivel del mar, en cuyos suelos hay componente arcilloso cubierto de cantos rodados y que permanece en el patrimonio familiar de esta bodega argentina desde mediados del siglo veinte, cuando el anterior director y propietario, Domingo Catena, ya la cultivaba con mimo para elaborar vinos de malbec con personalidad propia. A mil metros, los contrastes de temperatura y las insolaciones facultan una magnífica malbec, auténtico tesoro de los Catena.
En su proceso de elaboración, tras la cosecha del fruto, se utilizan barricas de madera de roble francés, en proporción mayoritaria, con un aporte menor de roble americano. Doce meses de maduración usando madera nueva en una cantidad del treinta y cinco por ciento.
Tras el descorche y primer servicio en copa muestra una tonalidad picota intensa, estampa limpia y reflejos púrpura. Nariz que recoge sensaciones que memoran fruta roja en sazón, con insinuaciones licorosas suaves, especiados dulces en segunda línea, con un profundo y expresivo corazón que late a ritmo balsámico. Abre con rapidez sus pétalos y muestra una fragancia amplia y muy fresca. Finaliza con guiños de bombón inglés. La boca arranca con sutileza, amplificando frescura y volumen, irradiando una sabrosa traza de acidez, largo y sostenido en el paso, tiene músculo y una estupenda estructura vínica. Elegante e intenso, cuida las formas, tapizando boca y paladar. Sereno, sin aristas, con los taninos maduros y golosos, crepita gracias a una fruta rolliza y orgullosa. Es uno de los vinos tintos mas seductores que he catado últimamente desde una respetuosa consideración balsámica hacia el protagonismo principal, que corresponde a la fruta madre.
Muy buena clave de persistencia, afirmando en la vía retronasal evocaciones de ciruelas rojas y cerezas, guiño ligero de kirsch, lilas, violetas, regaliz y eucalipto, algún punto de vainilla, escenificando en el final memorias de brevas de higuera, la ya mencionada nota de bombón inglés y un fondo que recrea mineralidad, piedra de río.
En su proceso de elaboración, tras la cosecha del fruto, se utilizan barricas de madera de roble francés, en proporción mayoritaria, con un aporte menor de roble americano. Doce meses de maduración usando madera nueva en una cantidad del treinta y cinco por ciento.
Tras el descorche y primer servicio en copa muestra una tonalidad picota intensa, estampa limpia y reflejos púrpura. Nariz que recoge sensaciones que memoran fruta roja en sazón, con insinuaciones licorosas suaves, especiados dulces en segunda línea, con un profundo y expresivo corazón que late a ritmo balsámico. Abre con rapidez sus pétalos y muestra una fragancia amplia y muy fresca. Finaliza con guiños de bombón inglés. La boca arranca con sutileza, amplificando frescura y volumen, irradiando una sabrosa traza de acidez, largo y sostenido en el paso, tiene músculo y una estupenda estructura vínica. Elegante e intenso, cuida las formas, tapizando boca y paladar. Sereno, sin aristas, con los taninos maduros y golosos, crepita gracias a una fruta rolliza y orgullosa. Es uno de los vinos tintos mas seductores que he catado últimamente desde una respetuosa consideración balsámica hacia el protagonismo principal, que corresponde a la fruta madre.
Muy buena clave de persistencia, afirmando en la vía retronasal evocaciones de ciruelas rojas y cerezas, guiño ligero de kirsch, lilas, violetas, regaliz y eucalipto, algún punto de vainilla, escenificando en el final memorias de brevas de higuera, la ya mencionada nota de bombón inglés y un fondo que recrea mineralidad, piedra de río.
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