Jeff Carrel Caramany Sous La Montagne 2016.
Puntuación El Alma del Vino : 17’50/20.
La personalidad de Jeff Carrel, parisino de nacimiento y antiguo estudiante de ciencias químicas que un día decidió cambiar las probetas y las tablas periódicas por la enología, es a buen seguro directamente proporcional a su pasión elaboradora. Graduado en Montpellier en 1994, Carrel quiso aprender desde la pragmática y por ello inició una gira profesional que le llevó a Loira, Alsacia y Languedoc. De ahí adelante, las elaboraciones de este prolífico hombre de vino se extendieron, y siguen haciéndolo, desde Priorat, Bordeaux, Bourgogne a Beaujolais ó Languedoc Roussillon.
En el caso que nos ocupa estamos delante de un vino elaborado con fruta cultivada en altura, en torno a los mil cien metros de altitud sobre el nivel del mar, viñas asentadas en suelos de componente granítico que acreditan una edad media de entre quince y cincuenta años. Sous la montagnerefiere su apelativo a la montaña de Canigó, en el Rosellónfranco catalán, Pirineos orientales, sobre la que el príncipe de los poetas catalanes, Jacinto Verdaguer, ideó una bella historia llena de mitología, pero también de descripciones geográficas llenas de ritmo y profusa sensibilidad.
Conjunción varietal con base mayoritaria de la casta syrah, en torno al sesenta y seis por ciento, con la aportación restante dedicada a la carignan. Vinificación que incluye maceración carbónica y una maduración para la que se utilizan depósitos de cemento, que se prolonga durante un tiempo aproximado de seis meses. Influencia mediterránea en lo climatológico, con los aires de la montaña aportando también su especial personalidad.
En copa parada, tras el descorche, asoma un cromatismo picota limpio con reflejos púrpura y grana, desplegando en la proximidad aromática nostalgias de fruta roja en sazón, segundo plano en el que surgen recuerdos de flores rojas y algunas hierbas aromáticas, balsámicos centrales, memorando en la parte final del perfume ligeras señas lácticas, bosque, gestos silvestres y una nota golosa que alza la fruta a primer término. Buen perfume, pleno en equilibrio.
La boca arranca suave, con sutileza en el paso, buena clave de acidez y un gesto de frescura que le da buenos tonos, joviales y vivarachos. Los taninos recrean la naturaleza de una uva de altura, son asilvestrados, se mastican pero siempre desde un punto de vista amable, que aporta y no molesta en caso alguno. Buen alcance y longitud, persistente.
En la fase retronasal ampara recuerdos de cerezas y ciruelas rojas, guiño ligero licoroso, kirsch, tomillo y bosque, matorral, rabogato y brezo, regaliz, confluyendo luego matices golosos y un epílogo mineral que habla de roca quebrada y que alarga sus sensaciones.
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