Nuria Renom Fauna y Flor 2022.
Puntuación El Alma del Vino : 18’50/20.
Referencia Orange Wine de una mujer que además de elaboradora muy vinculada al respeto del medio ambiente y la sostenibilidad, la naturaleza al fin y al cabo, se nutrió de conocimientos ejerciendo de sommelier en el barcelonés Bar Brutal, ubicado en Ciutat Vella. Tras un periplo por diferentes escenarios vitivinícolas del mundo, Nuria Renom Suárez, dio luz al sueño de interpretar suelos, viñas y uvas dentro de una botella de vidrio. “El vino es agua filtrada de una planta, un ser tremendamente conductor.” Palabras de una alquimista para la que también hablamos de éter y espíritu, conexión de cuerpo y alma. Estoy seguro que para algunos esta reflexión supondrá un rebuscado argumento, a medio camino entre orfismo, la entelequia y la antropología, y sin embargo en mi opinión son sentimientos razonados de una mujer apasionada con su trabajo. Descriptiva razonada. Fauna y Flor es un vino naranja monovarietal de la casta Muscat de Frontignan, que surge del cultivo de vides asentadas en suelos de composición calcárea, ubicadas una parcela llamada Fondo de la Coma, en el término municipal de Sant Pere de Ribes a una altitud de ciento cincuenta metros sobre el nivel del mar. Renom vinifica, tras la cosecha manual del fruto, mediante despalillado, maceración de uva entera y una fermentación alcohólica con levaduras indígenas en depósitos de acero inoxidable. Como paso final, maduración que tiene lugar durante cinco meses en barricas de francés de la Tonelería Damy de Meursault y depósitos de acero inoxidable, en porcentaje mayoritario de uso para estos últimos. Descorche y empieza el espectáculo, cromática en copa parada que despliega un tapiz amarillo dorado intenso, con reflejos corales y ligeros naranjas. En la cercanía aromática la fragancia apunta a nostalgias de manzana reineta, ciruelas proustianas, Pu-erh tea, cera de abeja, cereal tostado y un guiño salino de fondo, silvestre, matorral. Carga frutal en arranque y llegada al paladar, ceroso, untuoso, con buen gesto de acidez y un dulzor casi acompotado de la fruta madre. Tiene equilibrio. Y se manifiesta con una impronta telúrica, salina y mineral. Un rústico y apacible vino brisado, que en mi opinión hubiese elogiado el mismísimo Josko Gravner.
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