Bodegas Amaren Ángeles 2017.
Puntuación El Alma del Vino : 18/20.
De viñedos asentados en suelos de composición arcillo calcárea, ubicados en su mayor parte en el término municipal de Samaniego y que avalan una antigüedad superior a cincuenta y cinco años, surge la fruta de Tempranillo y Graciano para dar vida a este vino tinto, referencia que la familia Cañas presenta en el mercado con el nombre de Ángeles, en memoria de la madre del propietario de la bodega. Tras una cosecha manual del fruto y una doble mesa de selección se acomete el proceso de fermentación alcohólica que se lleva a buen término en depósitos de hormigón. La posterior maduración tiene lugar durante catorce meses en barricas de madera de roble francés y americano, siendo las primeras mayoritarias. Es un vino intenso, lleno de una natural complejidad, con preponderancia expresiva de la fruta madre, picota en el cromatismo, algunos brillos violáceos, limpio y con estética densa. Nostalgias aromáticas en el perfume, fruta roja y negra en sazón, balsámicos suaves en la continuidad, especiados ligeros y notas que recuerdan hierbas aromáticas, abriendo en boca con envolventes gestos y una traza de acidez que prolonga sus sensaciones, longitudinal con una franca persistencia de media alta intención. Los taninos se muestran pulidos con una punta de marca que acredita el buen empaque del vino. Más frescura que calidez, creo que goza ya de un estupendo presente pero tiene aún tiempo por delante para progresar. Me encantan los vinos de la denominación de origen calificada Rioja tienen un alto porcentaje de Tempranillo pero que dejan un espacio para la variedad salvaje, la Graciano, porque tienen un apéndice aromático que muestra el estandarte de esta casta vinífera, aportan color y nivel de acidez y una indudable finura. Un gran acompañante para esas comidas y cenas en las que se trata de agradar y tal vez sorprender a los amigos. Esto si es que antes no lo han probado. Una estupenda edición de añada.
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