Nekeas Los Olivos Reserva 2016.

Bodega Nekeas Los Olivos Reserva 2016.

Puntuación El Alma del Vino : 17/20.

El Valle de Nekeas da forma a una de esos parajes vitivinícolas singulares, protegido por la Sierra del Perdón, de los aires gélidos provenientes del Pirineo. De paso da nombre a una bodega cuyo bastión principal está forjado por una dupla incontestable, la enóloga Concha Vecino y el presidente del proyecto Paco San Martín. Ubicada al sur cardinal de Pamplona, en el término municipal de Añorbe, Nekeas tiene viñedo en propiedad, rodeado de olivos y cereal. Terreno complejo, irregular, pendientes, y suelos de diversas composiciones, desde arcillas de diferentes tipologías a piedra, con multitud de orientaciones. Los Olivos de Nekeas es una de las referencias que este dominio navarro plantea en el mercado y que es su edición de vendimia reserva 2016 he descorchado para su cata y degustación, esta noche. Conjunción varietal de las variedades Cabernet Sauvignon y Merlot, en su elaboración, tras la vendimia, se procede con un macerado en frío, fermentaciones alcohólica, y maloláctica en barrica de un vino, finalizando con una maduración de entre quince y dieciocho meses en continente de madera de roble francés que acredita un año de uso. Elaboración independiente de las variedades, realizando el ensamblaje una vez que la maloláctica llega a buen fin. La fruta madre procede de las fincas La Ermita y Santa Eulosia, ambas con suelos pobres y stress hídrico. En copa parada exhibe una cromática rojo picota, estética intensa, concentrada, limpio, profundo y brillante, reflejos púrpura. La proximidad aromática esgrime nostalgias de fruta roja y negra madura, confituras, tostados y balsámicos, toffee, redondeo de terrosidad. El arranque en boca es goloso, buena proyección de la línea de acidez, frescura y calidez en armonía, prolongado, con los taninos marcados y cremosos, potente, intenso. Media alta seña de persistencia, narrando en la retronasal además de la fruta, sirope, protagonista principal, un punto torrefacto y un tic tostado. Un vino en añada con empaque, singular y con mucha personalidad.