Tenuta San Guido Guidalberto 2015.
Puntuación El Alma del Vino : 18/20.
Un vino de la Toscana tiene siempre una como preámbulo una carga literaria, histórica y romántica que lo alinea como titular en la alineación de cualquier enamorado de la cultura vitivinícola. Desde los etruscos en el siglo ocho AC, hasta la época de la mediería contractual, pasando por la etapa de Bettino Ricasoli, político florentino que alcanzó la presidencia del consejo de ministros del antiguo reino de Italia en el año 1861, y su patronazgo en el relanzamiento de los vinos del Chianti Classico, la historia de la Toscana es hermosa y cargada de leyenda. El Guidalberto de Tenuta San Guido en la edición de cosecha 2015 es un vino elaborado en base a las variedades Merlot y Cabernet Sauvignon, fruta que cumple su ciclo vegetativo en viñedos de amplia disposición orográfica con una composición caliza y presencia de margas y canto rodado, además de complementos arcillosos. La exposición cardinal de las parcelas, es sur, suroeste. En lo que respecta a la edición de vendimia del año 2015 fue de muy buena maduración fenólica. El proceso de vinificado se desarrolla para esta referencia de modo convencional, prensado suave y despalillado de las uvas, fermentado en cubas de acero inoxidable, maceración de las uvas con periodos distintos para el Merlot y para el Cabernet Sauvignon, dando paso luego a la maloláctica que se llevó a buen término en el mismo tipo de continente. Para la maduración se utilizó madera de roble francés y una pequeña proporción de americano, dejando a criterio enológico la duración que se prolonga por un periodo aproximado de entre veinte y veinticinco meses. Niccolò Incisa della Rocchetta y Graziana Grassini dirigen el apartado técnico de las elaboraciones con paso firme y criterios compartidos. Descorche y servicio en copa, algún día escribiré con detalle sobre los ritos del vino, con una estampa elegante, limpia, asume una cromática roja rubídea, deslizando en la aproximación olfativa nostalgia de fruta negra y roja en sazón, suave confite, vainilla y algún tostado perimetral que deja un paso aromático final de matorral mediterráneo. Apertura en boca, distinguida y viva, amplia, con la personalidad de la fruta marcada, junto a un sabroso lineal de acidez. Sapidez y unos taninos maduros y afinados. Muy buena persistencia, la influencia de la madera se hace sentir pero siempre por detrás de los registros de la fruta madre. San Guido de la Gherardesca, el eremita en cuyo nombre se inspiraron los propietarios del domino para elegir el apelativo de la bodega, sentirá orgullo por este laudable Guidalberto 2015.
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